lunes, 19 de noviembre de 2007

Quiero hacer el amor contigo...

Publicado el Martes 19 de Diciembre de 2006














- Mmmmmm no quieres nada eh?
- Disculpa... creí que tú también querías...

Así me dijo un ex amante-amigo. No quería compromisos. No quería engancharse. Y creyó que el silencio sería lo menos doloroso. Se fue sin decir nada, cobardemente, como tantos otros cobardes que se fueron sin enfrentar la situación, sin decir claramente lo que sentían y pensaban.

No es que no me gusten las mujeres – me dice después de un año – pero agota... no el sexo... sino el desgaste de la atención. Te quieren atrapar y mantener... y me empiezo a sentir apresado... al final, lo dejas todo... sacrificas hasta el sexo por la sensación de libertad”.

Este fue uno de los primeros que conocí en mi ardua búsqueda. Fue un amante ocasional, al que vi un par de veces. Me pidió que tuviéramos sexo virtual. Lo ayudé a masturbarse con mis palabras escritas... Vaya que salí buena para encenderlos con mis palabras... pero ahora, me dice que quiere hacer el amor conmigo. ¿Contigo? No gracias... yo no quiero tener sexo contigo. Así que ahora muérete de ganas, así como un día yo anhelé unas migajas de tu compañía y me las negaste. Ahora quieres sexo en vivo? No.

Después de conocer unos cuantos. Después de vivir lo que debí experimentar a los 20 ó 30 años, ya no quiero sexo por sexo. Ahora... yo quiero hacer el amor... y entregarme a alguien por amor y con amor.

La experiencia contigo me sirvió para conocerme, para descubrir qué clase de mujer soy (en la intimidad).

- Eres muy tierna... y a la vez muy sensual.
- Eres de un erotismo fino...
- Tú no eres caliente... eres sensual... de una suavidad nunca antes vista...

Palabras como las de él también salieron de otras bocas:

- Creí que a mi edad, ya había vivido todo en el sexo... pero tú me hiciste vivir sensaciones nuevas.
- Eres muy sexy mi preciosa...

Y yo no tenía idea que podía ser tan sensual... ellos me lo dijeron...

- Te sabes mover... hay mujeres que no se saben ni mover.
- Sabes besar, sabes abrazar... sabes amar
- Mmmmmm... besas bien...
- Nunca había besado a una mujer que besara tan bien como tú (El primer hombre con el que hice el amor, el que me desfloró).

Después de amar sexualmente a unos cuantos, fui conciente de mi sensualidad. Por eso quizás, el sexo virtual los enciende rápido. Por eso mis palabras los calientan... porque además de lo que leen, también vienen a sus memorias las sensaciones que les provoqué.

Creo que ya aprendí lo suficiente. Me siento una buena amante y me gusta saber donde llegar y como excitar a un hombre. Me gusta volverlo loco sin que me penetre. Ese juego previo me fascina más que el hecho mismo de la penetración. Soy una mujer preocupada. Me compré unos libros de sexualidad porque tengo curiosidad, siempre quise ser buena en la cama... y quiero ser la mejor!

Ya no tendré más sexo por sexo... ahora haré el amor... porque sexo sin amor... sigue siendo, NADA...

viernes, 16 de noviembre de 2007

Falso, falso, falso

Publicado el Viernes 24 de Noviembre de 2006

¿Porqué tenía que ir para allá? Porque él pertenecía a ese mundo. El mundo del dinero, de la frivolidad, de las apariencias, donde las personas quieren demostrar que tienen más que el otro. Gente prepotente y agresiva que trata al resto como si fueran su séquito de criados... y él no dejaba de ser igual que ellos.


Y la vio... y la observó... e inspeccionó su vestimenta... e inspeccionó su rostro, sus dientes, su sonrisa, sus manos y todo lo que ella era.

Parecía un señor Feudal buscando una yegua para lucirla frente a sus congéneres... y la observó de la misma forma como se observa a un caballo cuando va a ser comprado. Observó sus dientes, sus cascos y sus ancas... “no, no es lo que busco”, él quería lucirse frente a sus amigos, quería jactarse por su adquisición... pero no sabía el idiota que aquella yegua cabalgaba como ninguna... que era veloz... y bajo esa apariencia humilde, tímida quizás... se escondía un bello ejemplar, por el que pudiera sentirse más que orgulloso... pero cortó por lo sano, fue sincero y se fue tal como llegó...

¿Dónde quedaron las palabras de Antoine de Saint-Exupéry? (que me enviara días antes) “Sé que en algún lugar del mundo, existe una rosa única, distinta de todas las demás rosas, una cuya delicadeza, candor e inocencia, harán despertar de su letargo a mi alma, mi corazón y mis riñones... Existe rodeada de amapolas multicolores, filtrando todo lo bello a través de sus ojos aperlados, cristalinos y absolutamente hermosos... a esa rosa dedico este trabajo, con la esperanza de hallarla algún día, o de dejarme hallar por ella...”

Como dice alguien por ahí... Next! Que pase el siguiente!

La Espera

Publicado el Miércoles 8 de Noviembre de 2006


... Y esperaba Rapunzel en su castillo encerrada, a que llegara su príncipe encantado. Ese que escucharía su canto melodioso y correría hacia sus brazos, ese que escalaría por su larga cabellera para alcanzar el frescor de sus labios, aquel al que no le iba a importar cuanto tuviera que trepar para alcanzarla... No tendría miedo de nada. Ni a las espinas, que asomaban en los brazos de las hiedras, enredadas en las paredes de la Torre, ni a las arañas que salían al encuentro de sus manos, deseosas de morderlo para hacerlo caer. No... nada le impediría llegar hasta ella... y porqué? Porque así es el amor... que a veces llega, después de habernos traído muchas desilusiones y muchas desventuras... llega cuando la esperanza decae y ya no se cree en nada, llega cuando nos han roto el corazón en mil pedazos... haciéndonos pensar que el amor es sólo para los cuentos y las películas románticas.

Pero aquel hombre cree en ella... confía en la transparencia de sus ojos y siente que necesita saber más, conocerla más, acercarse más... siente que quiere conocer todo lo que la rodea... no le importa su pasado, sólo le importa su presente... y ya quiere escuchar su voz y perderse en esa melodía... y quiere acariciar sus manos con ternura y admiración, porque sabe lo que ella vale, porque sabe que nadie la había valorado, porque todos los ojos que la vieron, sólo vieron su disfraz... en cambio él... él vio más allá... sus ojos se encontraron con la pureza de su alma... esa alma que nadie más, tuvo ojos para ver.

El Segundo Encuentro (y el último)

Publicado el Viernes 3 de Noviembre de 2006

Traté de no ilusionarme (aunque mi naturaleza es entregarse con todo). Me invitó a su casa porque teníamos un pacto de que le enseñaría algo de Word, Excel y Dactilografía.

Le había enviado un archivo por correo para que practicara la posición de los dedos en el teclado. Fui a su casa y cómo él no sabía donde había guardado el archivo con la tarea, abrió su casilla Hotmail... con horror descubrí que tenía tres mensajes cuyo asunto decía “Te amo”. Quién es esa niña? Pregunté, pero se hizo el gueón.

Tomamos once y luego me invitó a sentarnos en su living. Ahí se acercó a mí y me besó. Era un beso rico, como me gustan a mi, con lengua, con una lengua suave y húmeda que entró en mi boca con una mezcla huidiza y tímida. Me gustaron sus besos. Al poco rato me dispuse a irme a mi casa porque ya era tarde.

Al día siguiente conversamos del encuentro y le pregunté:

- oye, quién es esa tipa que te dice que te ama o que tú le dices que la amas?
- Como sabes que le digo que la amo?
- Es una pregunta
- Empezamos mal entonces : - sus palabras demostraban enojo.
- Oye, es sólo una pregunta, si te molesta tanto, no se toca más el tema y punto.
- Es que nunca debiste tocarlo.

Me quedé de una pieza. Qué onda? Le dije que él tenía razón y que me disculpara, pero ya no volvimos a hablar de eso ni de nada. Hasta me bloqueó la admisión en el msn y yo me quedé con un sentimiento de que algo hice mal. Pero, soy yo quien está mal? Si fue sólo una pregunta? Osea... ponte en mi lugar, ¿qué habría pasado si la cita hubiese sido en mi casa y yo hubiese abierto el correo y se encuentra con que un tipo me dice que me ama? ¿se habría quedado impertérrito? Con lo curiosa que somos las mujeres... si no quería que yo viera eso, para qué abrió el correo en mi presencia? No entiendo nada. No entiendo su actitud. ¿Porqué se enojó tanto? ¿Es que no puede haber diálogo entre nosotros? ¿Entonces no es cierto que está solo hace un año? O ¿Será que piensa que me estoy inmiscuyendo en sus asuntos?

Poco transparente... ahora tengo rabia, porque se nota que toqué una fibra sensible y que no era tan sincero como parecía. Hasta cuando Dios mío, cuando me vas a enviar al hombre correcto!

Mi cita número... número... número...

Publicado el Jueves 26 de Octubre de 2006

Ya no recuerdo qué número fue esta cita. Solo sé que aprendí a no hacerme tantas expectativas. A no ilusionarme inmediatamente, pensando que éste podrá ser mi hombre. Aprendí a no ser tan arrebatada y besarlo inmediatamente. Aprendí que debo ser más cauta y recelosa... aprendí tantas enseñanzas que los golpes me han dejado. Y es que verdaderamente mi experiencia en el plano sentimental ha sido muy pobre. Quizás por eso me ha pasado lo que me ha pasado.

El caso es que éste hombre me gustó primero, por su sinceridad. Me dijo que no tenía plata para invitarme a tomar algo porque era pobre (eso me lo dijo antes de ir a la cita, así que ya sabía a lo que iba y a mí eso no me importa... prefiero que nos sentemos en la plaza y conversemos mientras disfrutamos del paisaje). Me dijo abiertamente que tenía dos hijos a los cuales veía cada 15 días sagradamente (también eso me gustó porque se nota que es un buen padre y yo no pretendo hacer que se distancie de sus hijos. Al contrario, si algo llega a resultar entre nosotros creo que no seré la "madrastra" de los cuentos de hadas, mala y siniestra, creo que seré todo lo contrario, me gustaría prepararles cosas ricas para comer, dulces y golosinas, no sé... pero no me veo robándoles el amor de su padre). Conversamos en forma sincera y me dejó una buena impresión de eso. Me dijo que vivía solo y me invitó a su casa (me invitó sanamente, o yo soy la ingenua, pero quiere que le enseñe un poco de Word y Excel).

También me gustó su apariencia física. Es buen mozo y más alto que yo (que mido 1,72 cuesta encontrar alguien más alto que yo). También me gustó ver su ropa de buena calidad y sus zapatos (en eso soy muy fijada... dime como andas y te diré quién eres. Talvez suene materialista pero qué le voy a hacer me fijo en eso).

Fue muy agradable disfrutar de su compañía, es ameno en la conversación y simpático. Se rió de las tonteras que le hablé y de mi forma de expresarme.

En resumen, me gustó. Trataré de no ilusionarme como en otros casos y de ir lo más despacio posible (y eso me cuesta mucho porque soy rápida para todo. Mi ansiedad me juega en contra), pero esta vez seré diferente. Tengo que demostrarme a mí misma que algo aprendí de los errores del pasado. Tengo que demostrarme que puedo conquistar a un hombre y que puedo hacerlo feliz.

Entonces, esperaré a que venga mi príncipe encantado a despertarme de mis malas pesadillas. Estoy contenta.

martes, 13 de noviembre de 2007

Cuando el amor te come el alma

Publicado el Martes 3 de Octubre de 2006

La brisa me envuelve. El olor del mar me asfixia. Los ojos abiertos. La mirada perdida en las aguas, como si de esa forma pudiera borrar aquel error.

Ya está hecho... no me arrepiento.

Finalmente comprendí que nada podía hacer, que nada haría que volviera a mí... que nuestras vidas se cruzaban por caminos distintos. Sentía como aquel amor, se había instalado en mis entrañas, palpitando y creciendo como un bebé en gestación, quemando mi interior.

Hasta que la verdad se presentó ante mis ojos, el dolor, la desesperación, la incertidumbre, los sueños frustrados, todo se fue en aquel aborto que desgarraba mi carne. Estaba incrustado, con mil tentáculos aferrándose a mi alma... y tuve que arrancarlo con toda la sangre fría que disponía, traté de ser lo más fuerte que pude, pero aún así, no pude evitar... desangrarme el corazón.

Te quiero, pero nunca más volveré a ser tuya.

La última vez...

Publicado el Miércoles 20 de Septiembre de 2006

Tenías miedo a mi pasado. Tenías miedo a los fantasmas que me tenían encadenada a mi pasado. Sin embargo, sin proponértelo, los barriste de un plumazo y te instalaste en mis entrañas para dominar desde ahí todos mis sentidos.

..."y aunque fui yo, quien decidió que ya no más,
y no me canse de jurarte, que no habrá segunda parte,
me cuesta tanto olvidarte..."

Tuvo que llegar ese momento en que te dije adiós... para darme cuenta que me enamoré de ti. Desde ese momento del adiós no he dejado un instante de pensar en ti. Por eso tantas oportunidades, por eso quería creer en tí. No era una simple atracción, sino algo más fuerte.

Hablar contigo me hacía daño, porque no me puedo resignar a que todo haya terminado sin siquiera haber comenzado.

El buen amante sólo despierta mi instinto, porque mis órganos reaccionan ante el estímulo, pero no porque exista la atracción que ejerces tú.

¿De qué me sirve un buen amante si me siento vacía? ¿si no existe ningún sentimiento de afecto por él? Si lo miro desnudo y su cuerpo no me dice nada.

En cambio tú... el sólo verte vestido frente a mí, ya despierta las ansias de mi boca por querer besarte, despierta mis manos por querer tocarte, despierta mis oídos por querer escucharte y despierta mi lengua por querer saborearte.

Tu rostro me atrae como un imán y siento deseos de mirar aquel lunar de tu mejilla, y siento la necesidad de querer mirarlo todas las mañanas y todas las noches de mi vida.

Tuviste miedo de quererme y me quisiste... tuviste miedo de perderme y me perdiste. ¿Porqué no fuiste sincero desde el comienzo? ¿porqué no te entregaste abierto y sin miedo al amor como lo hice yo? ¿porqué si sentiste que nos habíamos encontrado no soltaste la rienda para entregarte a mí?

Has sufrido... yo también he sufrido, pero igual no temo al amor, porque el amor es maravilloso y yo quería amarte, yo quería ser parte de tu vida. Yo quería que conocieras todos mis secretos y entraras a mi mundo... y quería borrar las cicatrices del dolor de tu alma, cubriéndolas con la esencia de mi amor.

Quería que disfrutáramos del sexo y del amor... sexo y amor, la combinación perfecta.

Quería vernos medio sentados, desnudos en mi cama... frente a frente... nuestras piernas entrelazadas... nuestros brazos estrechando nuestras espaldas y mientras mis caderas se mecían en una danza candente y sensual, sentir que me penetrabas.. poquito a poco... para que ambos gozáramos... tú, de mi vagina... estrecha, cálida y húmeda... y yo, de tu pene... erecto, duro y ardiente. Quiero que sientas mi cuerpo, siente como despiertas mi pasión... entra... penétrame... es la pasión y el deseo que el amante no logra encender. Apoya tus manos en el lecho y mueve tu miembro dentro de mí, suave... lento. Entrégate a nuestra fusión porque es la fusión de dos cuerpos, de dos almas que se encontraron después de mucho buscarse... Quiero sentir tus besos mientras me penetras, quiero sentir tu lengua dentro de mi boca... nuestros besos junto a nuestros movimientos ondulantes... que se aceleran a cada minuto con el contacto, nos llevarán al momento cumbre... el orgasmo simultáneo... y en medio de jadeos y gemidos, nos estrecharemos más fuerte, gozando las sensaciones eléctricas que recorren nuestros cuerpos, siéntete en mi piel y yo en la tuya... ya no somos dos seres, ahora somos uno... deposita tu esencia dentro de mi, aunque sea... por última vez.

¿Qué buscas?

Publicado el Lunes 11 de Septiembre de 2006

Creo que lo primero o lo más importante para mí, es encontrar un buen amante. Si, un hombre que despierte todos mis sentidos y me excite al máximo, que me dé placer y me provoque orgasmos electrizantes.

Y te he encontrado. Eres tan apasionado como yo. Despiertas mi deseo, cuando buscas mis senos con tus manos, cuando te metes bajo mi blusa, subes mi sostén aún abrochado y encuentras mis pechos ansiosos, deseosos. Me gusta mirar como jugueteas con ellos como un niño y haces que mi pezón recorra todas las líneas de tu cara, para terminar introduciendo su cumbre erecta en tu boca y lo lames y lo succionas provocándome sensaciones que nadie, me provocó ahí... en mis senos. Me gusta como lo haces, es lo que buscaba, alguien que los estrujara lleno de pasión.

Me gusta sentir como tu dedo se mete por entre mi calzón y buscas afanoso mi clítoris. Y tu dedo lo acaricia y lo frota con un arte jamás conocido... sólo conocido por mi propio dedo, ¿dónde aprendiste? No importa, me gusta como lo haces. Nada tengo que decirte, tú lo sabes todo, como si conocieras todas las fibras de mi cuerpo, como si me hubiesen hecho para recibir tus caricias.

El sexo oral. Alguien me hizo descubrir el sexo oral. Y ese primer amante “a medias”, me lamía con una devoción que hasta ahora no había encontrado. Y como él me enseñó a sentir orgasmos con su lengua y su saliva, yo buscaba otro igual, y no lo encontraba, y había perdido la esperanza de encontrarlo... pero tú. Tú que viniste a mi vida sin buscarte, tú que no llamaste mi atención porque en mi cabeza había otro... tú que te interesaste inmediatamente en mí... eres el mejor. El que ha acariciado mi sexo con su lengua con la misma devoción que yo soñaba volver a encontrar. Y estás preocupado porque yo logre ricos orgasmos... y quieres que probemos más posiciones para que yo alcance el clímax. Nunca nadie, se había preocupado tanto por mi placer. Ninguno, antes que tú, se había esforzado por lograr que yo alcanzara un orgasmo. Soy difícil para eso, pero a nadie le importó... sólo a ti.

Con otros amantes me abnegaba por dejarlos satisfechos, sin importarme mi propia satisfacción y contigo fui diferente... contigo fui “indiferente”. Soy activa en el sexo, hago lo que quiero hacer, pero contigo fui pasiva y me dejé hacer todo lo que tú quisieras hacer. Nada busqué yo... y sin embargo, todo encontré. Son las paradojas de la vida.

Hasta iba a robarte la oportunidad de quererme, por irme tras un desamor. Un desamor, una obsesión que conquistó mi corazón, pero no las fibras de mi ser. Un desamor tormentoso que me traía alegrías y sinsabores. Pero me di cuenta que aquel desamor no merece más oportunidades (y creo que le di varias), a pesar del maltrato que recibí en sus actitudes. Entonces, volví a ti, para darte una oportunidad y porque pocos lograron lo que tú has logrado... y más encima me ofreces tu amor incondicional.

Voy a cerrar los ojos y pensaré en ti. Quiero que todo mi mundo se llene de ti. Quiero que conquistes mi alma como conquistaste mi cuerpo (que es difícil), pero empezaste por lo difícil y terminarás por lo fácil, llegar hasta mi corazón...

El Foso

Publicado el Martes 29 de Agosto de 2006

Está oscuro, no veo nada... no sé cómo llegué aquí. Parece que caí de alguna parte. Ya... ya recuerdo, caí en un foso... el foso del olvido. Tú me hiciste caer, por eso estoy aquí... ¿cuanto deberé estar para poder salir?

¡Ay! algo toco mi mano... déjame! ¿quién eres? suelta mi mano!, no sabes que no te veo? ¿porqué acaricias mis dedos? ¿me conoces?¿me llevarás fuera de aquí? ¿porqué viniste a socorrerme? Pareces bueno, la tibieza de tu mano me dice que eres bueno. ¿Cual es tu nombre? He escuchado que curas los males del alma, ¿eres doctor? ¿sabes de fármacos? ¿qué poderes tienes para lograr la curación?

Me llevas hacia la luz... ¿porqué sueltas mi mano? ¡ven, por favor! ¡no te vayas! quiero verte. ¿Donde estás? giro y no te veo. Te has ido... bueno, si me escuchas donde estés quiero darte las gracias, me sacaste del foso del olvido... gracias Tiempo... muchas gracias.

La aplastó...

Publicado el Viernes 11 de Agosto 2006

Aquella semilla era como una lenteja, pequeña y café. Un día se partió o se abrió y de ambos costados salió un brote. Tembloroso, temeroso de que en esa tierra árida no fuera visto y lo destruyeran.

Así fue. La pisoteó con todas sus fuerzas y no dejó absolutamente nada. La semilla junto al brote fue triturada y ya nada ni nadie la puede hacer revivir.

Me engañó. Creyó que me hacía tonta y me mintió. Fue algo tan simple. Pillar a un mentiroso es más fácil que pillar a un ladrón. Y yo lo pillé.

Lo llamé una noche, como las anteriores. Su celular estaba apagado, por lo que entendí que NO quería hablar conmigo. Días antes me había dicho que había devuelto su conexión a Internet y que estaba incomunicado. Había quedado sin trabajo y no podía solventar el Internet (aunque antes me había dicho que estaba probando la conexión y que tenía el acceso gratuito por un mes). Le hice creer que me había tragado esa excusa y mis oídos estaban atentos a cualquier insinuación que me indicara que sí tenía conexión. Me bastó sólo con llegar a mi trabajo. Ingresar datos falsos en la página busca pareja donde lo conocí y ahí ví que estaba conectado... luego abrí el messenger con una casilla ficticia y lo invité a conversar... cuando apareció el cuadrado celeste en la parte inferior de la pantalla creí morir. Mi corazón palpitaba incesantemente, sintiendo muchas cosas a la vez. Le hablé como si fuera una desconocida. Ahí... en ese mismo momento comprendí que me tenía sin admisión y que me había mentido.

La mentira destroza las relaciones. Esto estaba comenzando y por lo mismo si me hacía esto ahora, qué quedaría para después? No puedo seguir con él. No puedo vivir con la duda incesante. Por salud mental debo dejarlo. Aunque sintiera que era todo lo que yo buscaba... esta vez seré yo quien le diga Adiós y deje pasar a un hombre que ni siquiera mereció una sola caricia que le brindé. Estoy tan dolida, tan decepcionada y a la vez tan agradecida con Dios que me dio la inteligencia necesaria para pillarlo en algo tan simple.

Ya no quiero saber más de él. Nunca me ha gustado que me mientan y menos que me engañen. Ya veo que no merece ni una lágrima mía. No lo odio, sino que lo compadezco. Se perdió una gran mujer... y como sé que lo dejé marcado... también sé que lo lamentará el resto de sus días.

La semilla fue aplastada sin miramientos, por mi propio pié.

Es sólo amor...

Publicado el Viernes 4 de Agosto de 2006

No… Yo no puedo ser mala. Va contra mi naturaleza. Tendría que nacer de nuevo para actuar de esa forma. Lo escribí en un momento de rabia y de ira. Pero ya volví en mí de nuevo. Fue un mal entendido el que me hizo hablar así. Yo sé que nací para amar, aunque tengan que pisotearme mil veces… me volveré a levantar y seguiré luchando por vencer las barreras que me lleven a alcanzar el verdadero amor.

Mi corazón se había convertido en un Iceberg sin destino ni fin. Pero… en ese navegar solitario y angustioso, choqué con un pedacito de tierra. Y en el centro de mi corazón, está germinando una pequeña semilla, que sin saber cómo llegó hasta mi vida. Una semilla que pronto echará un brote débil y tembloroso… siento que este es el verdadero momento. Siento que él es el que he buscado por años. Me siento contenta. Aunque no sepa si con el tiempo él alimentará dicho nacimiento, o lo pisoteará como a una cucaracha, no importa… quiero vivirlo, quiero vivirlo al máximo. Y como siempre entregaré todo mi corazón. Porque para eso…he nacido.

Mala

Publicado el Jueves 3 de Agosto de 2006

Estoy cansada de ser la niña buena. Quiero ser una mala mujer. Una mujer que sólo haga sufrir a los hombres como ellos hacen conmigo. Quiero reírme de sus sentimientos, quiero dejarlos plantados, quiero escupirles el corazón, quiero calentarlos y dejarlos en ascuas, quiero barrer el piso con ellos y despreciarlos.

Quiero que exista una señal, una intuición, un sexto sentido que me diga cuales son los hombres malos a los que debo hacerles todo esto. Y dejarlos marcados para el resto de sus días, que no puedan sacarme de su cabeza, de sus pensamientos, de sus fantasías sexuales. Y que su corazón quede agarrado del mío. Que sus noches de insomnio sólo sean el camino hacia un deseo loco y desenfrenado, y que no puedan, de ninguna forma, borrar mi imagen y recuerdo, quiero inundar su habitación haciéndolo llorar de impotencia por no tenerme.

Quiero ser mala!

Visiones

Publicado el Lunes 31 de Julio de 2006

¿Se puede uno enamorar en un minuto? ¿Y sentir esa magia extraña que te hace saborear sus besos con la sensación de que estás besando a alguien de tal manera, como si ese alguien fueras tu mismo? ¿Y sentir que encontraste una persona que te besa con la misma pasión que lo haces tú? ¿Qué esa boca se roba tu aliento de la misma forma como te robas el de él?

Es lo que he sentido. No sé si es real o imaginario. No sé si es un espejismo que me tiene trastornada, sólo sé que me gusta, que me enloquece, que me embriaga los sentidos y me hace utilizarlos en forma fiera y pasional. Soy yo… eres tú.

Lo ví, lo abracé, lo besé… lo amé. Lo devoré con mis labios, lo besé hasta cansarme. Le provoqué sensaciones que nadie le provocó. Recorrí su cuerpo como nadie lo hizo. Pasé mi lengua por el perineo y lo dejé sin habla, sin sentido, gozando de mi lengua insaciable. Lo vi hundirse en mis almohadas bufando de ansias y pasión. Lo lamí con fervorosa devoción… fui donde él quería… y tomé su pene y lo introduje en mi boca. Lo besé, lamiéndolo en un recorrido a todo lo largo y a todo lo ancho, lo aprisioné entre mis labios y mi lengua hasta hacerlo estallar como un volcán en repentina y violenta erupción. Y mientras comía de su esencia, lo seguía acariciando, hasta dejarlo exhausto y sin deseos. Mi boca fue hasta la de él y con mi lengua deposité parte de su esencia en ella.

Mi placer está en el de él. Y lo amé con deseos de seguir amándolo todos los días de mi vida…

miércoles, 24 de octubre de 2007

Nadie como tú

Publicado el Lunes 24 de Julio de 2006

¿A qué vienes? Recuerdo haberte dicho que no volvieras nunca más! ¿No te dije que no mereces nada de mí? Que tus besos, ya no me interesan, que no quiero ser tu amiga, ni tu amante, ni nada tuyo?

¿Qué haces? No… no te pongas tras de mí, por favor. Déjame tranquila. No hagas eso, me enojaré de verdad.

Trato de apartarme, pero sus brazos me lo impiden. Me tiene prisionera. Atada de tal manera que no puedo librarme de él. Siento su respiración tras de mí. Siento como me besa por sobre el cabello y trata de llegar con sus labios a la piel de mi cuello… No podré resistir más… él sabe que es mi punto débil. Sabe, que mi cuello es uno de mis puntos sensibles… ay! Ahhh!! Me gusta cómo me besa. Me besa la nuca poco a poco, suavemente. Me gusta como aparta mi pelo y comienza a besarme con besos ahogados que le roban la respiración. No quiero sentir estos escalofríos, pero no lo puedo evitar. ¡Te digo que me dejes! Mis palabras lo aferran más a mi y siento su cuerpo pegado a mi espalda, siento cómo sus ansias van creciendo tras de mí.

Por Dios, ¡cómo me calienta este infeliz! No puedo resistir más… tengo que liberarme. Forcejeo un poco y libero una de mis manos. La llevo hacia el final de mi espalda, un poco más abajo. Con sus besos, consigue erizar toda mi piel, desde los pies a la cabeza, lo toco… lo palpo… su sexo ya está en su punto cumbre. Mi mano lo siente por sobre sus ropas. Su respiración es tan agitada como la mía, su corazón late violentamente… como el mío.

Me voltea tan rápido que no me doy cuenta. Me aprieta con más fuerza entre sus brazos, para que no me escape. Aparto mi rostro, pero sus labios me buscan afanosamente… mi mano busca su miembro por sobre sus vestimentas, quiero tomarlo y apretarlo, hasta hacerle daño. Quiero apretarlo con tanta fuerza que mis dedos queden marcados, para siempre en su pene. Para que sienta el dolor que me ha causado. Sigo intentando esquivar su boca, pero me empuja y aprieta contra la pared y ya no puedo moverme. Consigo desabrochar su pantalón. Aún tiene una de mis manos prisionera. Sus labios me encuentran… abre su boca… me muerde suavemente los labios, consiguiendo hacerme abrir los míos y pasa su lengua, húmeda, caliente, ansiosa, deseosa… lo atrapo con mi lengua. Ya estoy perdida. Mi mano le ha dado libertad a su miembro, duro, erecto, el que escapa con intrepidez. Lo tomo con fuerza entre mis dedos, lo aprieto, lo acaricio, lo muevo… de abajo hacia arriba… pero no consigo hacerlo con furia, no consigo hacerle daño, al contrario mi caricia lo apasiona más. Maldición, quiero sentirlo con mi boca, quiero apretarlo con mis labios y estrujarlo, quiero pasar mi lengua por su glande una y otra vez... quiero succionarlo, comerlo, morderlo. Pero una parte de mi, recuerda todos los días de soledad. Los días de ausencia y desesperación. Todos esos días tristes que me dejó.

..."Nadie como tú siente mi mirada y advierte mis ganas cuando te deseo, Nadie como tu sabe provocarme sabe acariciarme cuando te deseo. Nadie como tú sueña entre mis brazos y muere despacio al sentir mis manos, Nadie como tú desnuda en mi cama se entrega y me ama cuando nos amamos. Pero estás tan lejos y yo estoy tan sola...

Y apago la luz para recordar el olor a ti, y apago la luz para imaginar que me entrego a ti, y apago la luz para recordar el sabor a ti, y apago la luz para imaginar que te siento a ti pero estoy tan lejos y yo estoy tan sola".


Apago la música. Apago la luz, me sumerjo entre mis sábanas. Vete... vete y déjame dormir, que sólo durmiendo, consigo alejarte de mí.

Quiero un amigo!

Publicado el Viernes 14 de Julio de 2006

¿Un amigo con ventajas? ¿qué significa eso? ¿Significa un hombre que está contigo sólo para tener sexo? ¿es una persona con la que no debes involucrarte pues él no tiene tiempo para ti? Y ¿sólo se dispondrá de él cuando resurjan los deseos bestiales? que aparecerá una vez al mes o cuando ¿lo tenga erecto nuevamente?

Si es así, entonces yo era quien estaba mal enfocada… Yo quería un amigo con el que pudiese estar los viernes por la noche, que se quedara conmigo a dormir en mi casa y compartiera la tibieza de mi lecho, una persona a la que pudiera amar sin medida (por esa noche), a la que besara loca y apasionadamente, haciéndolo desear mi boca… y mi lengua curiosa. Yo quiero desear a ese hombre, quiero acariciarlo dulcemente con las yemas de mis dedos. Quiero un hombre al que pueda recorrer por todos los recovecos de su anatomía con mi lengua y dejar en su piel las huellas de un camino largo y húmedo. Quiero besar sus partes íntimas y excitarme viendo y escuchando sus gemidos ahogados… quiero montarme en su pene, en una danza sensual y erótica, mientras él juguetea apretando con sus dedos mis pezones… quiero que luego de esas noches ardientes me llame y quiera conversar conmigo de vez en cuando, en las noches que estoy sin él. Quiero que me escuche y se interese por mis cosas, aunque al otro día se olvide de todo lo mío. Quiero que me acaricie y me mime como si fuera su joyita. Que me diga palabras de amor y de pasión…

Qué le pasa a Agustina?

Publicado el Miércoles 28 de Junio de 2006

Siente tristeza... soledad... desamor... desilusión... esperanzas sin destino, sueños frustrados, encuentros perdidos, ilusiones muertas, amores apagados, deseos controlados...

Agustina perdió el amor. En algún lugar lo dejó y ya no puede estar con él, ya no sabe cómo encontrarlo. Quedó sin visión y sólo choca con espejismos, con quimeras, con barreras egoístas, que no la dejan encontrar lo que perdió... y se siente vacía, sin vida, sin ganas, sin alegría, sin emoción... y sin pasión.

¿Para qué está viva si vive sin razón?

martes, 23 de octubre de 2007

Lo Maté!

Publicado el Jueves 22 de Junio de 2006

Ahí estaba frente a mí, con su enorme yelmo de bronce, tallado con incrustaciones de piedras preciosas, mirándome a los ojos. Montado en su caballo, listo para cargar su justa contra mí. Su escudo era deslumbrante, la imagen perfecta de una escena de un hombre dominando un león.

Parecía un caballero, vestido con hermosos ropajes de príncipe. Tras la cortina de la pantalla del computador bien parecía un gran señor. Sus conversaciones en principio no me alertaron. Sólo me hacía preguntas orientadas a mi sexualidad ¿cómo no me di cuenta antes de que sólo quería eso de mí? Quería saber cómo me gustaba hacerlo, qué cosas me gustaban del sexo y si me masturbaba en noches sofocantes y solitarias. Esas preguntas no se le hacen a una princesa… Y yo no podía revelarle mis deseos, mis apetencias y no porque sea mojigata, sino, porque siempre he pensado que esas cosas se deben averiguar por otros medios y con otras artes. A él no le interesaba saber que mi mano levanta mis vestidos de vez en cuando… y que suavemente mis dedos se pierden en aquel paraíso velloso de mi entrepierna… que me calienta pensar en antiguos amantes penetrándome en distintos ángulos, y que esos pensamientos llevan a mi dedo medio buscar afanosamente aquel capullo deseoso de caricias… que sólo mis dedos saben cómo debe ser frotado... suave, delicadamente y que sólo ellos saben en qué momento deben cambiar el ritmo y acelerar las caricias, para provocarme estallidos de sensaciones, que me recorren toda y hacen que me contraiga de placer… mi cama es la única testigo de mis sofocados gemidos. Eso, eso es sólo mío, de mi intimidad, de una intimidad que no puedo compartir con un desconocido.

Gracias a Dios abrí los ojos a tiempo y descubrí quién era.

El torneo iba a comenzar. Los caballos emprendieron el galope. Sin darme cuenta mi rabia me dio la fuerza para derribarlo en la primera embestida “¡maldito mentiroso, enredándome con sus falsedades para hacerme caer en su cama!”. Lo pillé mal parado porque su gran escudo cayó con estridente quejido por el suelo y antes de que tomara cuenta de lo que pasaba saqué mi espada y lo derribé. Su cabeza ensangrentada rodó por el césped y su cuerpo cayó inerte. Eso le enseñará a tratar a una dama.

Borré todos sus correos, borré la dirección de su casilla y lo saqué de mi cabeza para siempre. Ningún desalmado volverá a escupir mi corazón, ninguno llegará hasta él. Eso es lo que él consiguió… pequeñas capas de hielo iban envolviéndolo y después de esto, mi incredulidad logrará convertirlo en una gran roca de hielo. Un iceberg que navega sin destino ni fin…

Envidia

Publicado el Miércoles 21 de Junio de 2006

Sentada en la micro tenía frente a mí una pareja. Ella le conversaba mirándolo a los ojos. No apartaba sus ojos de él. Hablaba, le sonreía. Yo no podía dejar de mirarlos. Y sentí envidia, pero no de esa envidia siniestra, que hace a la gente desear cosas malas... yo sentí envidia, porque ellos se tenían uno al otro, porque se notaba en sus ojos, en su forma de hablar, en su forma de sonreír que estaban enamorados. Ella apoyaba su cabeza en el hombro de él de vez en cuando. Y qué rico es vivir esas sensaciones. Sentirse querida, amada, deseada. Cuando sólo te importan los ojos de él y nada de lo que pase a tu alrededor, puede perturbar esos remolinos de sensaciones, que sólo se sienten cuando se ama.

Yo quiero amar... nací para amar. Tengo tanto por entregar y me siento impotente por no poder hacerlo. Tengo frío, frío interior.

Cuentos de Hadas

Publicado el Martes 20 de Junio de 2006

Las páginas busca pareja son un fiasco. Me he encontrado puras calamidades que no salvan a nadie ¿es que ya no hay hombres decentes en este mundo? ¿porqué ingresan datos en esas páginas si no quieren compromisos? ¿o es que yo me he planteado mal el concepto de las mismas y sólo son para tener sexo?

Acabo de borrar todos mis datos de Mejoramor.

Estoy cansada de buscar el amor. Me he dado cuenta que ya no debo seguir buscando, que mejor me quedo sola como estoy. Sin rollos, sin preocupaciones, sin nada. El amor no es para mi. A mis 40 años, sólo me he encontrado con personas que no me merecen. Talvez yo soy demasiado para ellos. Talvez la mujeres de ahora, trabajadoras, independientes ya les quedan grandes a los hombres. Ya no son ellos los que dominan la situación. O soy yo quien se quedó en el pasado, con un concepto errado del amor, con sueños de príncipes encantados que llegarán a traer alegría y momentos de dicha a mi vida, que colmarán mi corazón de sensaciones románticas... no, eso ya no existe. Esos sólo son cuentos de hadas. Invenciones de personas que al igual que yo tiene un caudal de imaginación para crear esas fantasías.

Me estoy yendo a negro... hoy no quiero nada.

Soledad

Publicado el miércoles 14 de Junio de 2006

Otro viernes más sola en mi casa... pero no... no estaré sola. Un amigo viene a hacerme compañía. Vendrá a hacerme sentir mujer, vendrá a amarme, para intentar llenar esa sensación de vacío y soledad que siente mi alma y mi espíritu.

Porqué mi suerte es tan mala que nunca puedo encontrar un hombre digno? que me ame con toda su alma como yo quiero amarlo a él?

Mi amigo es un buen hombre, pero parece que no es tan bueno, porque tiene una relación larga, de más de dos años con una mujer. Y aún así vendrá a... "probarme". Yo creo que eso es lo que quiere. Quiere saber cómo soy en la cama, quiere saber si de verdad se va a excitar estando frente a frente como se excita cuando estamos charlando por msn, o cuando nos llenamos de mail nuestras casillas, contándonos las cosas que nos haríamos si estuviésemos juntos.

Lo ví... pero no lo ví como la primera vez... ahora lo vi más feo. ¿cómo podré tener sexo con alguien que no me gusta? unos tragos me ayudarán...

Varios pisco sour me han alegrado un poco y ya no me importará nada... Apago la luz, porque con la luz encendida jamás podría hacerlo con él... Me abraza... Me besa, pero ni sus besos me gustan... son besos fomes, pone la lengua dura cuando me besa y eso no me estimula... le acaricio la cabeza, pero su pelo largo y duro, pasado a cigarro no me hace sentir nada, al contrario.

Pero las copas hacen su efecto y siento esa dulce sensación de somnolencia y embriaguez... le tomo los glúteos y los siento fláccidos... no... no me gustan, pero ya estamos enredados entre las sábanas... me besa los senos y se va directo a mi flor... sigo sintiendo su lengua dura... no me hace sentir nada, ¿cómo no se da cuenta que sus caricias sólo logran contraerme? Tomo su cabeza y lo acerco hacia mi para que deje de hacer lo que está haciendo.

El Pisco sour me envalentona... lo volteo y me pongo sobre él... le beso la oreja, me doy cuenta como lo disfruta cuando le voy besando el cuello... vuelvo a su oreja... introduzco mi lengua en ella, porque sé que le gusta, veo como se estremece... bajo poco a poco hasta llegar a sus tetillas, paso suavemente mi lengua por ellas, le beso el pecho unos minutos, ¿porqué no lo hacen así conmigo? sigo mi camino... sé donde tengo que llegar y sé como tengo que hacerlo. Lo vuelvo loco con mis caricias, con mis labios, con mis besos, con mi lengua, emite pequeños gemidos placenteros. Me excita saber que lo caliento... lo hago disfrutar largo rato de esos placeres...

Lo cabalgo, me penetra... ya no importa si es feo, ya no importa que no me guste, la sensación de tenerlo dentro es exquisita...le gusta lo que le hago sentir, me muevo... se mueve... nos movemos...

Todo ha terminado... ¡la cagaste! ¿donde aprendiste cabra chica? Sonrío.

Dormimos abrazados. Está oscuro y hace frío... ruego para que no despierte erecto y con ganas de hacerlo de nuevo... por fin despierta. Lo miro, es feo! no... no me gusta nada. Menos mal que decide bañarse e irse a su casa y yo con alivio me levanto en dos tiempos antes de que cambie de opinión.

No habría podido tener sexo con él a plena luz del día, mirándolo a los ojos... no, eso no.

Lo acompaño hasta la puerta. Se va. Mi objetivo se logró, estuve acompañada y no estuve sola... pero mi corazón continúa desierto... el sexo es nada... sin amor.