martes, 13 de noviembre de 2007

¿Qué buscas?

Publicado el Lunes 11 de Septiembre de 2006

Creo que lo primero o lo más importante para mí, es encontrar un buen amante. Si, un hombre que despierte todos mis sentidos y me excite al máximo, que me dé placer y me provoque orgasmos electrizantes.

Y te he encontrado. Eres tan apasionado como yo. Despiertas mi deseo, cuando buscas mis senos con tus manos, cuando te metes bajo mi blusa, subes mi sostén aún abrochado y encuentras mis pechos ansiosos, deseosos. Me gusta mirar como jugueteas con ellos como un niño y haces que mi pezón recorra todas las líneas de tu cara, para terminar introduciendo su cumbre erecta en tu boca y lo lames y lo succionas provocándome sensaciones que nadie, me provocó ahí... en mis senos. Me gusta como lo haces, es lo que buscaba, alguien que los estrujara lleno de pasión.

Me gusta sentir como tu dedo se mete por entre mi calzón y buscas afanoso mi clítoris. Y tu dedo lo acaricia y lo frota con un arte jamás conocido... sólo conocido por mi propio dedo, ¿dónde aprendiste? No importa, me gusta como lo haces. Nada tengo que decirte, tú lo sabes todo, como si conocieras todas las fibras de mi cuerpo, como si me hubiesen hecho para recibir tus caricias.

El sexo oral. Alguien me hizo descubrir el sexo oral. Y ese primer amante “a medias”, me lamía con una devoción que hasta ahora no había encontrado. Y como él me enseñó a sentir orgasmos con su lengua y su saliva, yo buscaba otro igual, y no lo encontraba, y había perdido la esperanza de encontrarlo... pero tú. Tú que viniste a mi vida sin buscarte, tú que no llamaste mi atención porque en mi cabeza había otro... tú que te interesaste inmediatamente en mí... eres el mejor. El que ha acariciado mi sexo con su lengua con la misma devoción que yo soñaba volver a encontrar. Y estás preocupado porque yo logre ricos orgasmos... y quieres que probemos más posiciones para que yo alcance el clímax. Nunca nadie, se había preocupado tanto por mi placer. Ninguno, antes que tú, se había esforzado por lograr que yo alcanzara un orgasmo. Soy difícil para eso, pero a nadie le importó... sólo a ti.

Con otros amantes me abnegaba por dejarlos satisfechos, sin importarme mi propia satisfacción y contigo fui diferente... contigo fui “indiferente”. Soy activa en el sexo, hago lo que quiero hacer, pero contigo fui pasiva y me dejé hacer todo lo que tú quisieras hacer. Nada busqué yo... y sin embargo, todo encontré. Son las paradojas de la vida.

Hasta iba a robarte la oportunidad de quererme, por irme tras un desamor. Un desamor, una obsesión que conquistó mi corazón, pero no las fibras de mi ser. Un desamor tormentoso que me traía alegrías y sinsabores. Pero me di cuenta que aquel desamor no merece más oportunidades (y creo que le di varias), a pesar del maltrato que recibí en sus actitudes. Entonces, volví a ti, para darte una oportunidad y porque pocos lograron lo que tú has logrado... y más encima me ofreces tu amor incondicional.

Voy a cerrar los ojos y pensaré en ti. Quiero que todo mi mundo se llene de ti. Quiero que conquistes mi alma como conquistaste mi cuerpo (que es difícil), pero empezaste por lo difícil y terminarás por lo fácil, llegar hasta mi corazón...

1 comentario:

Unknown dijo...

Excelente.

Dificilmente un hombre llegue a la satisfacción plena sobre l sexo femenino, sin embargo no hay imposibles y todo es cuestión de piel, tacto y sentimientos.