¿Se puede uno enamorar en un minuto? ¿Y sentir esa magia extraña que te hace saborear sus besos con la sensación de que estás besando a alguien de tal manera, como si ese alguien fueras tu mismo? ¿Y sentir que encontraste una persona que te besa con la misma pasión que lo haces tú? ¿Qué esa boca se roba tu aliento de la misma forma como te robas el de él?Es lo que he sentido. No sé si es real o imaginario. No sé si es un espejismo que me tiene trastornada, sólo sé que me gusta, que me enloquece, que me embriaga los sentidos y me hace utilizarlos en forma fiera y pasional. Soy yo… eres tú.
Lo ví, lo abracé, lo besé… lo amé. Lo devoré con mis labios, lo besé hasta cansarme. Le provoqué sensaciones que nadie le provocó. Recorrí su cuerpo como nadie lo hizo. Pasé mi lengua por el perineo y lo dejé sin habla, sin sentido, gozando de mi lengua insaciable. Lo vi hundirse en mis almohadas bufando de ansias y pasión. Lo lamí con fervorosa devoción… fui donde él quería… y tomé su pene y lo introduje en mi boca. Lo besé, lamiéndolo en un recorrido a todo lo largo y a todo lo ancho, lo aprisioné entre mis labios y mi lengua hasta hacerlo estallar como un volcán en repentina y violenta erupción. Y mientras comía de su esencia, lo seguía acariciando, hasta dejarlo exhausto y sin deseos. Mi boca fue hasta la de él y con mi lengua deposité parte de su esencia en ella.
Mi placer está en el de él. Y lo amé con deseos de seguir amándolo todos los días de mi vida…
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